El 11 de noviembre del 2004 falleció Yasser Arafat a los 75 años. Sigue sin conocerse la causa exacta de su muerte. Los médicos hablaron de púrpura trombocitopénica idiopática y cirrosis, pero no se hizo ninguna autopsia, algo por demás sospechoso. Durante los últimos años, la OLP ha amenazado con conformar una comisión especial para investigar las causas de su muerte, afirmando de antemano que fue envenenado por Israel. "La sangre del ex presidente palestino Yasser Arafat contenía el virus del HIV, pero la causa de su muerte no fue el SIDA, causado por el virus, sino un envenenamiento", según su médico, Ashraf al Kurdi. Ahmad Jibril, líder y fundador del Frente Popular por la Liberación de Palestina otorgó una entrevista al canal Al-Manar del Hezbollah, en la que relató que cuando interrogó a Abbas sobre la investigación del envenenamiento de Arafat, éste le dijo que había que callar: "Para serle honesto, el informe oficial de los franceses es muy claro. El Sida fue lo que se lo llevó". La OLP se desmembraba. A la par, el Hamás comenzó a concretar su dominio en el terreno.
Tras la muerte de Yasser Arafat, el Hamás se imponía en las elecciones municipales que se realizaron en el 2005. Se trató de un cambio de rumbo en la tradicional política del movimiento fundamentalista que, por primera vez, participaba en unas elecciones16. Unos meses antes, en enero del 2005, el Hamás había boicoteado las elecciones presidenciales que entronaron a Abbas como sucesor de Arafat. El Hamás decidía ahora (de enero a mayo del 2005), al sentirse fuerte, participar en elecciones municipales para traducir su poder social en las urnas. Así logró el control, por la vía democrática, de Beit Lajia y Rafah, en la Franja de Gaza y de Kalkilyah en Cisjordania.
Los defensores del Hamás suelen argumentar que el movimiento islamista debe ser respetado ya que llegó al poder por vía democrática y, por lo tanto, es el deseo del pueblo palestino.
Adolf Hitler también llegó al poder en Alemania gracias a unas elecciones nacionales. Eso no significa que se respeten las instituciones democráticas tras arribar al poder. De hecho, Hamás destruyó la endeble democracia palestina y tomó el poder por la fuerza en Gaza.
Meses antes de las elecciones parlamentarias palestinas del 2006, EE.UU. y, en especial, su Secretaria de Estado Condolezza Rice insistían en que se permitiese la participación del Hamás en las elecciones nacionales. Esta medida concordaba con el sueño norteamericano de “exportar la democracia”. Israel, la Autoridad Palestina y su Presidente Abbas, se oponían.
Las disposiciones del Acuerdo Provisional de Oslo prohibían la participación de candidatos que bogasen por la violencia. Sin embargo, Rice consideró que las elecciones no serían "democráticas" sin el Hamás. En las elecciones legislativas palestinas del 2006, Hamás obtuvo la mayoría de los escaños en la primera vuelta, se trataron de las primeras elecciones democráticas celebradas en Palestina.
A principios de febrero del 2006, tras su victoria en las parlamentarias de 2006, Hamás reiteró su apoyo a los ataques suicidas mientras le ofrecía a Israel una tregua de 10 años "a cambio de una retirada completa de los territorios ocupados en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este”, más el reconocimiento del derecho al retorno de los palestinos. Tras presionar para que el Hamás participase en las elecciones libremente, la comunidad internacional decidió recapacitar e imponer sanciones y condiciones para negociar con el nuevo gobierno del grupo terrorista. El movimiento fundamentalista debía respetar tres condiciones:
a- terminar con el terrorismo,
b- reconocer a Israel,
c- aceptar y cumplir con acuerdos firmados por el Fatah (la Hoja de Ruta y los principios de Oslo).
Estas tres premisas aún no han sido aceptadas por los portavoces del Hamás mientras que ciertas partes de la comunidad internacional comienzan, lamentablemente, a legitimar, en sus acciones o declaraciones, al islamista Hamás.
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