El 4 de noviembre de 1995, al término de una manifestación en favor del proceso de paz, un estudiante de abogacía de 26 años llamado Igal Amir asesinó al Primer Ministro de Israel, Itzjak Rabin. Los tres disparos a quemarropa de Amir fueron el clímax de un proceso de extremización política sin precedentes. Sin duda, el marco ideológico transmitido desde las cúpulas partidistas e ideológicas, especialmente desde la derecha israelí, y los veredictos realizados por ciertos rabinos otorgaron el marco de legitimación para que un magnicida decida asesinar a Itzjak Rabin.
Para investigar el asesinato de Rabin se conformó otra Comisión Estatal de Investigación (Shamgar B) que estableció que la "concepción" reinante entre las autoridades de la inteligencia israelí no había contemplado en serio la posibilidad de un atentado de un civil judío contra el primer ministro y, por lo tanto, no se habían tomado las medidas necesarias para proteger la seguridad personal de Rabin.
Por votación casi unánime, por un voto de confianza conjunto entre el Likud y el Laborismo, se decidió que el laborista Shimón Peres sería el Primer Ministro del vigésimo sexto gobierno del Estado de Israel. Peres sería también Ministro de Defensa y Ehúd Barak (ex-Jefe del Estado Mayor) sería el Ministro de Relaciones Exteriores.
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