En la Conferencia de Madrid se reunieron los equipos diplomáticos de los países árabes, representados por los Ministros de Relaciones Exteriores, y la comitiva israelí representada por el premier Itzjak Shamir. Se acordó reunir una conferencia de paz con la participación de Egipto, Líbano, Siria, una comisión conjunta de jordanos y palestinos bajo la mediación de los Estados Unidos y Rusia. Las negociaciones serían bilaterales y directas. Los jordanos y los palestinos se presentarían como una comitiva conjunta aunque en el momento de negociar se reunirían en dos cuartos contiguos.
La reunión en Madrid no concluyó en acuerdos concretos aunque fue el puntapié inicial para un proceso de paz en el medio oriente. Dos meses después del primer encuentro en Madrid, las comisiones bilaterales se volvieron a reunir en Washington. Allí se logró cierto avance en las negociaciones entre Israel y el Líbano. Se decidió que Israel se retiraría de la franja de seguridad una vez que se acuerde el ente que se haría responsable de dividir las fuerzas militares. Este adelanto valía muy poco sin contar con el consentimiento de Siria, el patrón del Líbano.
En las elecciones israelíes de 1992 se impuso el Partido Laborista liderado por Itzjak Rabin. El cambio de rumbo que impondría Rabin en la política internacional israelí se notó inmediatamente. En la primera reunión del gobierno; del 19 de julio de 1992; se decidió congelar parcialmente la construcción de los asentamientos judíos en Judea, Samaria y Gaza. El gobierno decidió modificar el orden de preferencias para los distintos poblados del país. Los “asentamientos” pasarían a un segundo plano, invirtiéndose más en las ciudades en desarrollo dentro de la línea verde.
Iztjak Rabin anunció en setiembre de 1992 que su gobierno estaría dispuesto a negociar con Siria el futuro de las alturas del Golán. Miles de manifestantes disgustados se reunieron en el aeropuerto Ben-Gurión, minutos antes de la partida de Rabin a los Estados Unidos, en lo que sería su primera visita oficial como Primer Ministro en su segunda cadencia. Sin duda, otros vientos políticos soplaban desde Jerusalén. En reuniones secretas, se producían transformaciones históricas. La dirigencia de la OLP había salido de la Guerra del Golfo muy debilitada. Los países ricos del medio oriente; en especial Arabia Saudita; se mostraban molestos por el apoyo de Yasser Arafat a Saddam Hussein.
De esta forma, los castigos económicos no tardaron en llegar. Nuevamente se demostraba que Yasser Arafat no perdía oportunidad para perder oportunidades.
La reunión en Madrid no concluyó en acuerdos concretos aunque fue el puntapié inicial para un proceso de paz en el medio oriente. Dos meses después del primer encuentro en Madrid, las comisiones bilaterales se volvieron a reunir en Washington. Allí se logró cierto avance en las negociaciones entre Israel y el Líbano. Se decidió que Israel se retiraría de la franja de seguridad una vez que se acuerde el ente que se haría responsable de dividir las fuerzas militares. Este adelanto valía muy poco sin contar con el consentimiento de Siria, el patrón del Líbano.
En las elecciones israelíes de 1992 se impuso el Partido Laborista liderado por Itzjak Rabin. El cambio de rumbo que impondría Rabin en la política internacional israelí se notó inmediatamente. En la primera reunión del gobierno; del 19 de julio de 1992; se decidió congelar parcialmente la construcción de los asentamientos judíos en Judea, Samaria y Gaza. El gobierno decidió modificar el orden de preferencias para los distintos poblados del país. Los “asentamientos” pasarían a un segundo plano, invirtiéndose más en las ciudades en desarrollo dentro de la línea verde.
Iztjak Rabin anunció en setiembre de 1992 que su gobierno estaría dispuesto a negociar con Siria el futuro de las alturas del Golán. Miles de manifestantes disgustados se reunieron en el aeropuerto Ben-Gurión, minutos antes de la partida de Rabin a los Estados Unidos, en lo que sería su primera visita oficial como Primer Ministro en su segunda cadencia. Sin duda, otros vientos políticos soplaban desde Jerusalén. En reuniones secretas, se producían transformaciones históricas. La dirigencia de la OLP había salido de la Guerra del Golfo muy debilitada. Los países ricos del medio oriente; en especial Arabia Saudita; se mostraban molestos por el apoyo de Yasser Arafat a Saddam Hussein.
De esta forma, los castigos económicos no tardaron en llegar. Nuevamente se demostraba que Yasser Arafat no perdía oportunidad para perder oportunidades.
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