miércoles, 13 de julio de 2011

9 de diciembre de 1987 -La primera Intifada-

El 9 de diciembre de 1987 comenzó la Intifada o en castellano, "el despertar". La gota de escape que encendió las manifestaciones palestinas masivas fue un accidente de autos en el cual murieron cuatro refugiados palestinos del campamento de Shebalia, en la Franja de Gaza. En pocas horas, comenzó a circular el rumor que estos palestinos habían sido asesinados adrede.
Una multitud de niños y jóvenes salieron a las calles para arrojar piedras contra los soldados israelíes. El gobierno, tanto el Primer Ministro Itzjak Shamir como su Ministro de Defensa Itzjak Rabin, culparon a la OLP de provocar estos hechos a pesar de que esta organización (exiliada en Túnez) también fue sorprendida por este "despertar".

Los medios de comunicación internacionales mostraban a jóvenes palestinos lanzando piedras frente a soldados israelíes “fuertemente pertrechados”. Se trataba de una situación nueva para el soldado de Tzahal. En el mes de diciembre de 1987 se habían contabilizado 21 muertos palestinos y otros 179 heridos. En el lado israelí, 41 soldados y dos civiles habían sido heridos. La Intifada se fue apagando a lo largo de los dos años siguientes. Durante este despertar… se conformó oficialmente el movimiento terrorista islámico Hamás, una alternativa religiosa a la dirigencia exiliada (Túnez) de la OLP que se venía asentando en el terreno desde los años 50'-60'.

En setiembre de 1975, Estados Unidos se comprometió a no negociar con la OLP si no se producía un reconocimiento de Israel y si Arafat continuaba con sus acciones terroristas. Estados Unidos aceptaba la formula "Shem-Tov-Iariv" aunque el gobierno de Israel no la había adoptado como suya, oficialmente. En 1988 el Maaraj adopta la formula como parte oficial de su plataforma política.

En 1988 Yasser Arafat; líder de la OLP; realizó una serie de declaraciones en las cuales se
podía llegar a entender que estaba aceptando la existencia del Estado de Israel. Estados Unidos entendió que Arafat se estaba moderando enviando un embajador a Túnez para verificar las verdaderas intenciones del líder de la OLP. Los discursos de Arafat convivían con múltiples declaraciones de apoyo a la Intifada y a la lucha armada.

La Intifada concientizó a la sociedad israelí sobre los costos morales y tangibles del dominio
israelí sobre el pueblo palestino. Comenzó a registrarse un proceso de extremización ideológica en la sociedad hebrea. En un extremo estaban los que se mostraban dispuestos a tomar la ley en sus manos para combatir al terrorismo palestino o para asegurar el dominio israelí sobre lo territorios históricos de Judea, Samaria y la Franja de Gaza. Por otro lado, se encontraban los extremistas de izquierda que estaban dispuestos a ir a prisión, negándose a cumplir con sus obligaciones militares con tal de no hacer el servicio en los territorios en disputa.

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