martes, 12 de julio de 2011

El Plan Alón

El Plan Alón era un plan concreto para alcanzar un acuerdo total con los palestinos y los jordanos. Frente a esta propuesta, Moshé Dayán consideraba que resultaba imposible arribar a un pacto general con los árabes por lo que solamente se podía aspirar a acordar acuerdos intermedios para así, al cabo de un tiempo, arribar a un pacto total "por pasos". Dayán afirmaba que los palestinos debían continuar viviendo normalmente sin provocarles. Moshé Dayán promovió que los palestinos visitasen y comercializasen con Jordania a través de dos puentes ubicados al límite del Jordán.

Alón pensaba que a falta de paz no había lugar para pactos intermedios. Moshé Dayán pensaba que, a falta de una paz real, solamente había lugar para pactos intermedios. De un modo u otro, se trataba simplemente de una discusión académica ya que del lado árabe nadie estaba dispuesto a entablar un diálogo de paz con Israel. En agosto de 1967, los países árabes se reunieron en Jartum (Sudán), para emitir una declaración conocida como los "Tres NO de Jartum": No habrá paz con Israel, no reconoceremos a Israel, no negociaremos con Israel. Ante una situación en la cual el Estado de Israel no tenía un socio para negociar, se decidió simplemente "no decidir".

En el frente interno, la población israelí "se enamoró" de los territorios de Cisjordania (o Judea y
Samaria) y Gaza. Rubros enteros, como la construcción, pasaron a depender de la mano de obra árabe palestina. En Israel comenzó a forjarse cierto consenso sobre la necesidad de mantener control sobre parte o sobre todos los territorios. En el seno de ciertos partidos políticos surgió una generación de líderes que defendían el derecho judío sobre todos estos terrenos ya que estos formaban parte del Mandato Británico o bien, porque estas zonas pertenecían históricamente al pueblo judío.

En el campo internacional, la ONU elaboró un proyecto de paz para el medio oriente que tomó cuerpo en la Declaración del Consejo de Seguridad número 242. La Declaración 242 se basa en las siguientes premisas: 1- Retroceso de las fuerzas israelíes de terrenos conquistados durante la Guerra de los Seis Días, 2- Finalización de las contiendas militares, respetando el derecho de todos los países de la zona a vivir en paz, en su integridad territorial, 3- Solución al problema de los refugiados palestinos en el marco de un acuerdo de paz. La ONU se comprometía a enviar a un mediador para facilitar que los lados lleguen a un acuerdo de paz según las bases de la Declaración 242.

Israel veía negativamente el pedido de retroceder sin un acuerdo de paz y sin respetar las necesidades de la seguridad del estado hebreo. Sin embargo, la declaración (en su versión inglesa) no afirmaba que se trataba de "todos los territorios". A pesar de dichas consideraciones, Israel aceptó la declaración del Consejo en diciembre de 1967. Los países árabes rechazaban cualquier fórmula que los llevase a un acuerdo de paz con Israel aunque, formalmente, tanto Egipto como Jordania la adoptaron. La OLP no la aceptó hasta finales de los 80’ ya que consideraban este texto como un reconocimiento de facto del Estado de Israel. Lo cierto es que la iniciativa no prosperó. Con el correr de los años, los líderes de Medio Oriente repetirían su intención de negociar sobre el espíritu de dicha resolución.

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