jueves, 6 de octubre de 2011

La Conferencia de Annapolis 2007

La Conferencia de Annapolis, realizada el 27 de noviembre de 2007, contó con la presencia del Primer Ministro de Israel Ehud Olmert (quien reemplazó a Sharón tras ser declarado incapaz para continuar ejerciendo su cargo), y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud Abbas. Se realizó en la ciudad homónima del estado de Maryland, Estados Unidos, bajo los auspicios del Presidente George W. Bush. Contó a su vez con representantes de China, Rusia, las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Liga Árabe, además de los cancilleres palestino e israelí, Salam Fayyad y Tzipi Livni, respectivamente. En Annapolis no se llegaron a acuerdos tangibles (sino) –lo reemplazaría por dado que se trataba de un encuentro para abrir las negociaciones intensivas. “Nuestro propósito en Annapolis no es concluir un acuerdo, sino impulsar las negociaciones entre israelíes y palestinos”, explicaba el presidente Bush. La última vez que palestinos e israelíes se habían encontrado para conversar seriamente había sido en la cumbre de Camp-David en el año 2000. En su discurso de apertura, el presidente norteamericano hizo guiños tanto a los palestinos como a los israelíes. Si a los primeros les ofreció la congelación de la colonización, el arranque de las negociaciones para determinar el estatuto final y la creación de “un Estado independiente, democrático y viable”, a los segundos les prometió el fin del terrorismo y el desmantelamiento de las milicias armadas, así como una normalización de relaciones con el mundo árabe paralela a la paz con los palestinos.


En Annapolis se acordó que el 12 de diciembre del 2007 comenzarían a negociar de forma continua bajo el deseo de concluir formalmente el diálogo para finales del 2008. Las partes se comprometían a ejecutar de inmediato los compromisos adoptados al aprobar la Hoja de rutas. Estados Unidos iba a controlar el cumplimiento del plan. La declaración conjunta, forzada por la presión americana arrancaba con el compromiso de “poner fin al derramamiento de sangre, el sufrimiento y las décadas de conflicto entre nuestros pueblos; iniciar una nueva era de paz sustentada en la libertad, la seguridad, la justicia, la dignidad, el respeto y el reconocimiento mutuo; propagar una cultura de paz y no violencia; y confrontar el terrorismo y la incitación al terrorismo, ya sea cometida por los palestinos o los israelíes”. Asimismo, anunciaba “la puesta en marcha inmediata de negociaciones bilaterales de buena fe a fin de concluir un tratado de paz que resuelva todos los asuntos pendientes, incluidos todos los asuntos centrales sin excepción” con la intención de alcanzar “la meta de dos Estados, Israel y Palestina, que vivan juntos en paz y seguridad” antes del fin de 2008.

Conferencia de Annapolis - Ehud Olmert, Geroge W. Bush, Mahmoud Abbas 2007


Probablemente, el mayor logro de la diplomacia norteamericana haya sido que israelíes y palestinos aceptasen aplicar la Hoja de Ruta en su conjunto en tan sólo un año. De esta manera, el inicio de las negociaciones sobre el estatuto final (previsto para su tercera fase) pasaba a no estar supeditado al término de la violencia (propósito de la primera fase) ni a la congelación de los asentamientos (medida contemplada en su segunda fase). La recuperación de dicha iniciativa ofrecía ventajas tanto para el presidente palestino como para el primer ministro israelí, cuyos índices de popularidad rozaban mínimos históricos. Abbas podía vender Annapolis como un éxito ya que además de “congelar toda la actividad colonizadora”, contemplaba la reapertura de las instituciones palestinas en Jerusalén Este e implicaba una generosa ayuda económica internacional de 5.000 millones de euros para el período 2008-2010, concretada en la reunión de donantes de París, celebrada el 17 de diciembre. Olmert, por su parte, podía poner el acento en el fin del terrorismo por parte de grupos ligados a la OLP, la salvaguardia de la seguridad y el relanzamiento del diálogo de paz. La celebración de la Conferencia de Annapolis despertó poco entusiasmo en la sociedad palestina, hastiada de un proceso de paz interminable que no había terminado de asentar las bases para un estado palestino viable. Además, muy pocas personas confiaban en que los esfuerzos de Abbas diesen frutos a corto plazo.

Desde el punto de vista del proceso de paz, la Conferencia de Annapolis no logró concretar lo expresado en las declaraciones formales. La participación de Israel debilitó a la coalición de Olmert ya que el Ministro Avigdor Lieberman y su partido, Israel Beitenu, decidieron abandonar el gobierno: "Todo el mundo sabe que ese proceso no conducirá a nada; decía Lieberman. Cualquier negociación sobre la base de paz a cambio de territorios es un grave error que no puedo entender. Y que nos destruirá".

Mapa del plan propuesto por Ehud Olmert - Abbas nunca respondio.

lunes, 29 de agosto de 2011

Plan de Desconexión 2005

Plan de Desconexión del gobierno de Ariel Sharón (aprobado a principios del 2004 y ejecutado en agosto del 2005) fue concebido originalmente como la evacuación de los colonos de una parte limitada de la Franja de Gaza sin la retirada de las FDI. La aplicación del plan fue muy diferente debido a la presión de EE.UU. y las consideraciones al derecho internacional.
La idea era demostrarle a los palestinos y al mundo que Israel iba en serio en su deseo de conseguir la paz, reduciendo la fricción entre los árabes palestinos y los colonos judíos. También se pretendía aminorar la tensión (interna y externa) producida por la presencia de los soldados israelíes en la Franja de Gaza.
Israel decidió desalojar a los 8.000 colonos judíos de Gaza y retirar totalmente su presencia militar de la Franja para no ser acusada de ser una potencia “ocupante” en Gaza. La frontera internacional entre Gaza y Egipto pasaba a ser responsabilidad de la Autoridad Palestina junto a un control internacional. La desconexión no fue coordinada ni acordada con la Autoridad Palestina por lo que se daba otro duro golpe que debilitaba a Mahmud Abbas y que favorecía al “dueño de facto” de la Franja, el Hamás. Ahora eran los islamistas de Gaza quienes podían asegurar que “habían expulsado a los sionistas de la Franja”. Así lo hicieron.
Las autoridades de Fatah decidieron implementar un boicot contra los ministros y ministerios controlados por el Hamás. Las sanciones occidentales contra la Autoridad Palestina y contra el Hamás perjudicaban especialmente a Mahmud Abbas y al Fatah ya que, de todas formas, el Hamás podía contar con otros donantes (Arabia Saudíta, Irán o los países del golfo) para llevar a cabo sus actividades, estrechando los lazos entre el grupo fundamentalistas y los iraníes.
La Desconexión de la Franja de Gaza del 2005 fue interpretada por los palestinos como una nueva victoria de los fundamentalistas contra Israel. La primera victoria había sido la del Hezbollah en el Líbano, afirmaban.
El Presidente Abbas mantenía sus prerrogativas política y administrativas en la Autoridad Palestina. El gobierno liderado por el Hamás poseía el control civil. Los límites eran pocos claros ya que ambos bandos mantenían sus propias fuerzas armadas. Cada lado intentaba imponer hechos consumados en el marco de su competencia interna. En mayo del 2007, el Presidente Abbas decide dispersar sus fuerzas de seguridad a lo largo de la Franja de Gaza sin coordinar la medida con las autoridades del Hamás, provocando la ira de los fundamentalistas.
Entre el 13 de mayo y el 14 de junio del 2007 se producen enfrentamientos armados con decenas de muertos en ambos lados. El Hamás intentaba distraer la atención interna disparando cohetes contra Israel. Sin embargo, las fuerzas armadas del Hamás parecían más preocupadas por lo que sucedía en la arena local, iniciando una ola de ataques que culminaron con la toma del poder de Gaza, un verdadero golpe de estado que se mantiene hasta el día de hoy (2011).

Cambio de rumbo en la tradicional política del movimiento fundamentalista 2004-2006

El 11 de noviembre del 2004 falleció Yasser Arafat a los 75 años. Sigue sin conocerse la causa exacta de su muerte. Los médicos hablaron de púrpura trombocitopénica idiopática y cirrosis, pero no se hizo ninguna autopsia, algo por demás sospechoso. Durante los últimos años, la OLP ha amenazado con conformar una comisión especial para investigar las causas de su muerte, afirmando de antemano que fue envenenado por Israel. "La sangre del ex presidente palestino Yasser Arafat contenía el virus del HIV, pero la causa de su muerte no fue el SIDA, causado por el virus, sino un envenenamiento", según su médico, Ashraf al Kurdi. Ahmad Jibril, líder y fundador del Frente Popular por la Liberación de Palestina otorgó una entrevista al canal Al-Manar del Hezbollah, en la que relató que cuando interrogó a Abbas sobre la investigación del envenenamiento de Arafat, éste le dijo que había que callar: "Para serle honesto, el informe oficial de los franceses es muy claro. El Sida fue lo que se lo llevó". La OLP se desmembraba. A la par, el Hamás comenzó a concretar su dominio en el terreno.
Tras la muerte de Yasser Arafat, el Hamás se imponía en las elecciones municipales que se realizaron en el 2005. Se trató de un cambio de rumbo en la tradicional política del movimiento fundamentalista que, por primera vez, participaba en unas elecciones16. Unos meses antes, en enero del 2005, el Hamás había boicoteado las elecciones presidenciales que entronaron a Abbas como sucesor de Arafat. El Hamás decidía ahora (de enero a mayo del 2005), al sentirse fuerte, participar en elecciones municipales para traducir su poder social en las urnas. Así logró el control, por la vía democrática, de Beit Lajia y Rafah, en la Franja de Gaza y de Kalkilyah en Cisjordania.
Los defensores del Hamás suelen argumentar que el movimiento islamista debe ser respetado ya que llegó al poder por vía democrática y, por lo tanto, es el deseo del pueblo palestino.
Adolf Hitler también llegó al poder en Alemania gracias a unas elecciones nacionales. Eso no significa que se respeten las instituciones democráticas tras arribar al poder. De hecho, Hamás destruyó la endeble democracia palestina y tomó el poder por la fuerza en Gaza.
Meses antes de las elecciones parlamentarias palestinas del 2006, EE.UU. y, en especial, su Secretaria de Estado Condolezza Rice insistían en que se permitiese la participación del Hamás en las elecciones nacionales. Esta medida concordaba con el sueño norteamericano de “exportar la democracia”. Israel, la Autoridad Palestina y su Presidente Abbas, se oponían.
Las disposiciones del Acuerdo Provisional de Oslo prohibían la participación de candidatos que bogasen por la violencia. Sin embargo, Rice consideró que las elecciones no serían "democráticas" sin el Hamás. En las elecciones legislativas palestinas del 2006, Hamás obtuvo la mayoría de los escaños en la primera vuelta, se trataron de las primeras elecciones democráticas celebradas en Palestina.
A principios de febrero del 2006, tras su victoria en las parlamentarias de 2006, Hamás reiteró su apoyo a los ataques suicidas mientras le ofrecía a Israel una tregua de 10 años "a cambio de una retirada completa de los territorios ocupados en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este”, más el reconocimiento del derecho al retorno de los palestinos. Tras presionar para que el Hamás participase en las elecciones libremente, la comunidad internacional decidió recapacitar e imponer sanciones y condiciones para negociar con el nuevo gobierno del grupo terrorista. El movimiento fundamentalista debía respetar tres condiciones:
a- terminar con el terrorismo,
b- reconocer a Israel,
c- aceptar y cumplir con acuerdos firmados por el Fatah (la Hoja de Ruta y los principios de Oslo).
Estas tres premisas aún no han sido aceptadas por los portavoces del Hamás mientras que ciertas partes de la comunidad internacional comienzan, lamentablemente, a legitimar, en sus acciones o declaraciones, al islamista Hamás.

jueves, 11 de agosto de 2011

Plan de Paz de la Liga Árabe 2004

En el 2004, el periódico kuwaití As-Siyasa publicaba una propuesta por la cual los países árabes absorberían dos millones de refugiados palestinos y el resto llegarían a Israel. El ministro de relaciones exteriores palestino Nabil Shaat afirmó entonces que esta propuesta “carecía de sentido”, quedando en la nada.
Por un lado, la declaración dice “alcanzar una solución justa y acordada para el problema de los refugiados palestinos de acuerdo a la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU. Por otro lado, se anexó una exigencia del Líbano en donde se afirma que los países árabes y el Líbano, en especial, no deben hospedar los desplazados palestinos provocados por la guerra con Israel.

Liga Árabe

Es importante señalar sobre el problema de los refugiados palestinos que, paralelamente a la declaración formal en la propuesta, la Liga Árabe publicó una declaración adicional que enfatizaba que Israel debería permitir que los palestinos gozasen de todos sus derechos, incluyendo la garantía del "derecho al retorno" de los refugiados palestinos en base a legítimas resoluciones internacionales y en base a principios de ley internacional incluyendo la Resolución 194 de la Asamblea General. En otras palabras, cuando se habla de una "solución justa" se refiere al regreso de todos los refugiados palestinos a Israel.
El segundo punto de la propuesta trata sobre el futuro de Jerusalén oriental como capital de Palestina. Hay quienes afirman que el uso del término “oriental” y no “árabe” abre una puerta para las negociaciones. En este sentido, no queda del todo claro si “todo lo que es judío es para Israel y todo lo que es árabe es para los árabes” o por el contrario se aceptaba la “partición de Jerusalén según el mapa de 1967”. La segunda opción implicaría la retirada israelí de barrios como Maalé Adumim, Guiló o Pizgat Zeev.
Por último, vale la pena analizar las dudas que provoca lo que se dice y lo que no sobre la propuesta de normalización con los países árabes. En la declaración, las condiciones para la normalización se establecen con cierta claridad. Sin embargo, y en un documento paralelo de la Liga Árabe, los líderes árabes enfatizaron también su apoyo al derecho libanés a utilizar todos los medios legítimos para liberar su territorio en manos de la ocupación israelí hasta la frontera internacional reconocida (o sea, Hezbollah puede seguir actuando hasta liberar todo terreno que supongan pertenece al Líbano), y afirmaron que para lograr la paz y la seguridad en la región, Israel debía firmar al tratado de no proliferación nuclear y abrir sus instalaciones nucleares a la supervisión internacional. Esta última exigencia es una posición conocida entre los líderes de Egipto y Siria. Más aún, Egipto amenazó en 1995 con detener el proceso de normalización si Israel no firmaba el Tratado de No Proliferación Nuclear. Por último, los portavoces de la Liga Árabe acordaban que se reconocería la existencia de Israel pero antes, Israel debía cumplir todas las exigencias árabes. Israel debía pagar todo y, luego, sería reconocida por todos los estados árabes y musulmanes.
"En otras palabras, la Junta de la Cumbre Árabe ofrecía normalización y el 'final del conflicto' con una mano pero con la otra mano sostenía las fórmulas de siempre, que permiten que continúe la lucha aún después que se llegue a un acuerdo…", afirma Itamar Rabinovich, presidente de la Universidad de Tel Aviv y jefe del equipo de negociadores en el frente sirio en el gobierno de Itzjak Rabin.
El negociador palestino Saeb Erekat afirmaba que el plan Saudita no restaba importancia a las conversaciones directas entre israelíes y palestinos. "Creo que Israel debería haberla adoptado en el 2002. Esta es la iniciativa más estratégica que aporta el mundo árabe desde 1948. Les animo a que retomen la iniciativa y que la sigan porque acortará el camino hacia la paz", explicó.
Oficialmente, Israel rechazó la iniciativa árabe aunque muchos políticos locales la consideraron "una buena base para comenzar a negociar”. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel de entonces Shimón Peres afirmó que la propuesta de Arabia Saudita era "interesante y positiva. La mayor amenaza para lograr la paz es el terrorismo, y la base para cualquier avance es dar fin al terrorismo", afirmaba Peres. El Primer Ministro Ariel Sharón descartó la propuesta con un contundente "los sauditas deben dejar de hablar y empezar a contribuir a la paz".
Quizás… el problema principal de toda la iniciativa se centre en el hecho, indiscutible, que los países árabes demuestran enfoques muy poco homogéneos. Están las dictaduras pro-occidentales moderadas, los amenazados por el terrorismo islámico, los que fomentan dicho terrorismo, los que gobiernan sus territorios con dificultad, los que todavía no parecen saber lo que quieren… y todos éstos… ¿podrían ponerse de acuerdo para firmar una paz regional con Israel? ¿Las fundamentalistas Irán o Sudán reconocerían a Israel como afirma la propuesta Saudita? ¿Los fundamentalistas no estatales Hamás, Al Qaeda o Hezbollah se sumarían aceptando la idea? Sin duda, se trataba de una propuesta cuya efectividad despertaba no poco escepticismo.

jueves, 28 de julio de 2011

Iniciativa de paz de Arabia Saudita

Bush y Abdallah
George Bush no era el único en presentar iniciativas de Paz en la arena internacional. El por entonces (2002) candidato al trono saudita, el Príncipe Abdallah, presentaba una propuesta de paz, que terminó siendo aprobada por la Cumbre de la Liga Árabe de Beirut del año 2002 y reconfirmada, con no pocas modificaciones o interpretaciones, en la cumbre de Riad del 2007. Se trata del Plan de Paz Saudita.

La propuesta de Ginebra fue enviada por correo a miles de hogares israelíes. En Tel Aviv y en Ramallah se abrieron oficinas para difundirla. El rey Abdallah de Arabia Saudita presentó sus “intenciones” de paz pocos días después de los atentados de las Torres Gemelas. Cabe recordar que tras estos atentados, el gobierno norteamericano y parte de la opinión pública criticó duramente a Arabia Saudita por posible ocultamiento de información sobre Al Qaeda y su líder, el ciudadano saudita Ossama Bin-Laden. Además, se sospechaba de una posible implicación de la corona en el financiamiento indirecto de las actividades terroristas de grupos islamistas. Otros especialistas; como el Dr. Gay Bajor; interpretan el lanzamiento de la propuesta como un intento (exitoso) de recibir el apoyo de occidente en la contienda interna por la sucesión al trono. Algunos portavoces árabes criticaron a Abdallah por adelantar su proyecto a un periodista del New York Times, además judío, el renombrado Tomas Fridman.

¿Qué dice la Iniciativa de paz de Arabia Saudita?

El plan ofrece una serie de puntos a tener en cuenta:
1- fin del conflicto y un proyecto de paz zonal,
2- retirada total de Israel de Judea, Samaria y la Franja de Gaza,
3- Jerusalén oriental será la capital del estado palestino soberano,
4- normalización de las relaciones entre los paísesárabes e Israel,
5- solución “justa” al problema de los refugiados palestinos.

Pasemos a señalar algunos puntos en discordia: Ante todo, el problema de los refugiados palestinos. El término “una solución justa” despierta muchas sospechas y rechazo entre los israelíes. Se trata de un punto de inflexión en toda negociación. La mayoría de los israelíes no están dispuestos a permitir el regreso masivo de palestinos a la Israel reconocida internacionalmente.

No pocos especialistas afirman que el tema de los refugiados palestinos fue fundamental en el fracaso de las negociaciones entre Barak y Arafat en el 2000. Aceptar el regreso de varios cientos de miles de palestinos puede modificar el sentido “judío” y “democrático” del Estado de Israel. En el 2004, el periódico kuwaití As-Siyasa publicaba una propuesta por la cual los países árabes absorberían dos millones de refugiados palestinos y el resto llegarían a Israel. El ministro de relaciones exteriores palestino Nabil Shaat afirmó entonces que esta propuesta “carecía de sentido”, quedando en la nada.

Por un lado, la declaración dice “alcanzar una solución justa y acordada para el problema de los refugiados palestinos de acuerdo a la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU”. Por otro lado, se anexó una exigencia del Líbano en donde se afirma que los países árabes y el Líbano, en especial, no deben hospedar los desplazados palestinos provocados por la guerra con Israel.

miércoles, 27 de julio de 2011

La Iniciativa de Ginebra 2003

En el frente interno, un grupo de israelíes y palestinos presentaban su "receta" para alcanzar la paz, un documento de 423 páginas, conocido como la Iniciativa de Ginebra.

El texto fue presentado en Tel Aviv en el 2003 y en él, se aceptaba la creación de un Estado palestino en Gaza, el 98% de Judea y Samaria y los barrios árabes de Jerusalén. La propuesta estaba basada en los lineamientos de Clinton. Los grandes bloques de asentamientos judíos en torno a Jerusalén permanecerían bajo soberanía israelí, por lo que los palestinos recibirían una compensación equivalente en territorio israelí al sudoeste de Judea y Samaria y al este de Gaza. La parte oriental de la ciudad santa sería la capital palestina, mientras que la occidental, más los asentamientos y el barrio judío de la ciudad vieja, quedaría como capital de Israel, con ambas mitades separadas por una barrera.

Dos tercios de los colonos judíos podrían permanecer en Judea y Samaria, lo que supondría el desplazamiento de unas 100.000 personas, fomentada por incentivos económicos o por la fuerza. Gaza y Judea y Samaria, separadas geográficamente por el Estado judío, estarían comunicadas por un corredor que quedaría bajo soberanía israelí y administración palestina. El proceso sería controlado por un "Grupo de Implementación y Verificación", que contaría con una "fuerza militar multinacional" integrada por representantes de "EEUU, la Federación Rusa, la Unión Europa, Naciones Unidas y otras partes, tanto regionales como internacionales, que acordasen las partes". Este grupo se apostaría en todos los pasos fronterizos internacionales, mientras que un cuerpo especial vigilaría la antigua ciudadela amurallada, situada en Jerusalén oriental y que alberga lugares sagrados básicos para las tres religiones monoteístas.

El plan no aporta, sin embargo, una solución clara a uno de los temas más controvertidos: la suerte de los refugiados palestinos y que, con sus descendientes, suman entre cuatro y siete millones, según los cálculos ofrecidos habitualmente por los palestinos. El proyecto tampoco habla sobre la naturaleza del reconocimiento palestino al estado de Israel. El documento especifica los plazos para la retirada de las tropas israelíes y el armamento de las fuerzas de seguridad del futuro Estado palestino, al carecer de Ejército. Israel mantendría, por ejemplo, ochocientos soldados de infantería en el corredor del Jordán para vigilar la frontera entre el este de Judea y Samaria y Jordania durante los tres años siguientes al repliegue, que debería hacerse como máximo en los 30 meses posteriores a la firma del acuerdo de
paz.

Israel mantendría, además, dos estaciones de alerta temprana en el lado palestino y su Fuerza Aérea "debería poder emplear el espacio aéreo soberano palestino para sus entrenamientos", salvo en viernes (día sagrado en el Islám) y en los festivos musulmanes y cristianos. La propuesta trataba de forma detallada muchos aspectos de los futuros acuerdos: la distribución de las aguas, el cuidado del medio ambiente, el papel de los mediadores internacionales, etc.

La Iniciativa de Ginebra es un documento acordado por dirigentes de segunda línea en Israel y de la Autoridad Palestina, muchas de las cuales habían gestado el proceso de Oslo. El grupo israelí estaba dirigido por Iosi Beilin y el palestino por Yasser Abed Rabo. El proyecto recibió el apoyo de importantes personalidades israelíes, ligadas a la izquierda política, como el escritor A.B. Yoshúa, el ex jefe de estado mayor Ammón Lipkin Shajak, Amiram Mitzna, Abraham Burg, Dalia Rabin o Jaim Orón. La iniciativa despertó mucho interés y apoyo en el ambiente diplomático mundial, en especial, por tratarse de una iniciativa conjunta palestino israelí.

martes, 26 de julio de 2011

La Hoja de Ruta 2003

La Hoja de ruta expone una solución basada en varios pasos escalonados, controlados por el Cuarteto (EE.UU., Rusia, la UE y la ONU). La Hoja de rutas se centraba principalmente en la primera parte… el regreso al diálogo y el fin de la violencia, situación que sería "premiada" con el reconocimiento de un estado palestino en la segunda etapa. Ariel Sharón, primer ministro de Israel; aceptó la propuesta en su discurso del congreso de Hertzlia del 2002. Los palestinos, oficialmente, aceptaron la Hoja de rutas incondicionalmente.

Las premisas del proyecto eran:

a- Reconocimiento verdadero de Israel por parte de los palestinos,
b- Reconocimiento verdadero por parte de Israel del derecho palestino a su estado independiente,
c- Los palestinos deberían combatir y desarticular su terrorismo,
d- Una reforma y democratización de la Autoridad Palestina,
e- Congelamiento de toda la construcción en los asentamientos judíos y desarme de los enclaves ilegales levantados tras marzo del 2001,
f- Congelamiento de todas las acciones violenta contra civiles, incluyendo expulsión y destrucción de casas e infraestructuras,
g- Esfuerzo israelí para normalizar la vida de los palestinos incluyendo la facilitación de la llegada de la ayuda humanitaria,
h- Retroceso de Israel de los territorios conquistados tras el 28 de setiembre de 2000 (comienzo de la segunda Intifada).

Abbas, Bush y Sharon -Junio 2003-
Al finalizar la Hoja de Ruta, las partes debían negociar un acuerdo final, guiados por la esperanza; decía el texto; que el acuerdo a alcanzar fuese reconocido por todo el mundo árabe.

El primer paso de la Hoja de Ruta, fechado para mayo del 2003, instaba a los palestinos a comprometerse a detener la violencia, combatir al terrorismo, a cesar su financiación y a reanudar la colaboración militar con el Tzahal. En esta fase, los palestinos debían reformar sus endebles y corruptas instituciones en la Autoridad Palestina. Los israelíes retrocederían de los territorios tomados tras el comienzo de la Intifada, facilitarían el paso de la ayuda humanitaria, y desmantelarían los enclaves ilegales instalados después de marzo del 2001.

Esta fase nunca fue completada y, hasta la fecha (2011), los posteriores pasos no se han cumplido.

En la segunda etapa, planificada para diciembre del 2003, se crearía un estado palestino con fronteras momentáneas, se negociarían los asuntos vitales del conflicto y se citaría a una conferencia de paz internacional.

En la tercera etapa, condicionada al éxito de las anteriores y establecida para finales del 2005, se firmaría un acuerdo final entre israelíes y palestinos y… otro acuerdo paz entre Israel y los países árabes.

George Bush proponía; como en el plan de Autonomía de Beguin o el acuerdo de Oslo; establecer un periodo intermedio de tres años que facilitase el paso a un estatus final al término de los cinco años. La diferencia fundamental es que, en la Hoja de Ruta, se establecía la creación de un estado independiente con límites momentáneos al finalizar el periodo de los tres años lo cual podía ser interpretado como un "premio" por el cese de su violencia. Además, la Hoja de Ruta supeditaba el éxito de la propuesta al cumplimiento escalonado de las exigencias impuestas para cada lado, bajo un clima de desconfianza en donde solamente las acciones concretas facilitarían llegar a un final feliz. Al no existir resultados concretos, en especial en lo que respecta al cese del terrorismo, la Hoja de ruta no prosperó. Sin embargo, sigue siendo considerada una plataforma para regresar a la mesa de negociaciones.

viernes, 22 de julio de 2011

De la Valla de Seguridad a Taba

La Valla de Seguridad es una medida de seguridad que ha sido duramente criticada por la prensa internacional. Israel expone una cifra por demás convincente: en 2002, 438 israelíes fueron asesinados en la Intifada. En 2003, 201 israelíes y en 2004 otros 112 civiles. En 2005 habían sido asesinados 197 israelíes, mientras que un año más tarde (2006) fueron 29 y en el 2007 la cifra llegaba a 13 personas. En 2010 no hubo asesinatos de civiles israelíes gracias a la Valla de Seguridad.

La construcción de la Valla de Seguridad fue una medida para impedir los constantes atentados terroristas registrados durante la Intifada de El-Aksa. Como en otros tantos casos, anteriores y posteriores, la medida defensiva de establecer una alambrada (en el 96% del trayecto es alambre) fue criticada y demonizada entre los que rechazan el derecho de Israel a la defensa propia.

Con la valla, Israel aumentaba su capacidad defensiva. Mientras, la OLP se desmembraba. El Hamás comenzó a concretar su dominio en el terreno, en especial, tras la muerte de Arafat (2004) y con la poco sorprendente victoria en las elecciones municipales que se realizaron durante el año 2005.
Valla de Seguridad

Tras comenzar la Intifada de El-Aksa, se presentaron varias iniciativas para calmar la situación bélica y reconducir a las partes a la mesa de negociaciones. El 23 de diciembre del 2000, el Presidente de Estados Unidos presenta sus lineamientos para alcanzar la paz. Clinton decía que los lados podrían rechazar o aceptar su propuesta pero no se permitiría realizar ni ofrecer correcciones. Se trataba de un plan para finalizar el conflicto y no un proceso intermedio para llegar a un acuerdo.

Los lineamientos de Bill Clinton se presentaron tras el fracaso de las negociaciones de Camp David, cuando se avecinaban las elecciones israelíes que; según las encuestas de entonces; daban como triunfador a Ariel Sharón y al Likud. Además, en pocos días culminaba la segunda cadencia de Bill Clinton al frente de los Estados Unidos. Para Clinton y Barak, se trataba de una última oportunidad para entrar en la historia.

Bill Clinton proponía que los palestinos renunciasen al derecho al retorno de sus refugiados y sus descendencias mientras que los judíos debían hacer lo mismo con la soberanía en el Monte del Templo, aunque se respetaría un tipo de control simbólico israelí sobre el lugar en donde estaba ubicado el antiguo templo de Jerusalén. La ciudad vieja de Jerusalén y la ciudad moderna serían divididas. Se crearía un estado palestino independiente en la mayoría de los territorios de Cisjordania, sin Maalé Adumim, Gush Etzión y demás, o sea, la zona en donde hay más asentamientos judíos contiguos. El estado palestino tendría el 95% del territorio de Judea y Samaria, siendo que el 80% de los asentados judíos quedarían dentro del estado de Israel y a cambio, Israel cedería ciertos terrenos dentro de la línea verde. El gobierno de Barak aceptó la propuesta14. Los palestinos, por su parte, rechazaron el plan; entre otras cosas, porque sabían que Barak no iba a ganar las elecciones nacionales a realizarse el 2 de febrero del 2001.

Unas semanas antes de las elecciones nacionales, Ehud Barak intentó evitar su anunciada derrota electoral reconduciendo a los palestinos a la mesa de negociaciones. Así, impulsó y consiguió reunir a los palestinos, en medio de la Intifada de El Aksa, en el balneario egipcio de Taba. La conferencia se realizó entre el 21 al 27 de enero del 2001.

jueves, 21 de julio de 2011

Operación Muro de Defensa 2002

El Hamás, que no fue parte de los que comenzaron la Intifada de El-Aksa, observaba como sus principios eran aceptados por todos, incluyendo a las fuerzas de seguridad palestinas de Arafat, fuerzas que antes los detenían y ahora, en cambio, procedían a liberar de las cárceles de la Autoridad Palestina a los líderes y activistas del Hamás. El Hamás lideró cientos de ataques terroristas y consiguió incluir en su arsenal, cantidades "estratégicas" de morteros, cohetes y misiles que comenzaron a dispararse intensamente desde el año 2005 (con menos intensidad, habían aparecido en el año 2001). Estas armas, superaban cualitativamente el poder de las fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina.

En abril del 2002, los israelíes ejecutaron una operación militar contra la Autoridad Palestina y contra los grupos fundamentalistas, la "Operación Muro de Defensa", campaña que destruyó buena parte de la presencia institucional de la Autoridad Palestina en Cisjordania. Las decisiones de Arafat y de la Autoridad Palestina (militarizar la protesta) "cavaron su propia tumba".

El Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas (2010) admitió que la Intifada había sido un error en una entrevista para el diario jordano Al Rai en el año 2004: "Ahora creo que la Intifada en su totalidad fue un error y no debería haber continuado y, en particular lo que se llama "la militarización de la Intifada", para seguir, "Si tuviera que resumir en qué hemos terminado tras cuatro años de Intifada, [nos encontraríamos con que] hay tres opiniones:
1. Después de la muerte de 1.000 israelíes en la intifada, Israel colapsaría
, al igual que Sharón.
2. La intifada armada liberaría la patria; y
3. La intifada obligaría a que se detengan los asentamientos.

Un examen [del tema] muestra que Sharón no cayó. Por el contrario, se ha convertido en el más popular [líder] en la historia de Israel, después de haber sido objeto de condenas en el interior de Israel. En la misma nota, todos los territorios palestinos están ahora ocupados y vulnerables, y los asentamientos se han duplicado. Dañamos nuestras relaciones con los norteamericanos y con la opinión pública israelí, la última declaración del Cuarteto es una indicación adicional de lo que ha sido de nosotros", dijo Abbas para agregar en otra entrevista "el uso de las armas fue perjudicial y tiene que parar".


Fuera de la debacle institucional de la Autoridad Palestina y el significativo aumento del poder de los fundamentalistas, los atentados "Made in Hamás", tan extendidos entre todos los grupos palestinos, movieron a las autoridades israelíes a construir la Valla de Seguridad. El trayecto elegido y la decisión unilateral de colocar la Valla de Seguridad fastidiaron a los palestinos. Ante todo, porque Israel se estaba anexando "de facto" territorios sin negociarlos con la Autoridad Palestina. Segundo, porque la valla impedía el paso de terroristas pero también de los trabajadores ilegales que entraban a Israel a trabajar para mantener a sus familias. Tercero, la valla complicaba la vida y el paso cotidiano de las personas que vivían por la zona.

miércoles, 20 de julio de 2011

De Camp David a la Intifida de El-Aksa

En julio del 2000 Ehud Barak volvió a partir hacia Estados Unidos para otra sesión de negociaciones maratónicas. Esta vez el socio era Yasser Arafat y la OLP. Al partir hacia Camp David, Ehud Barak sentenció mortalmente su coalición de gobierno ya que los partidos Mafdal, Shas e Israel Ve-Aliá decidieron retirarse del gobierno. En la casa de descanso presidencial de Camp David, Ehud Barak aceptó la creación de un estado Palestino en más del 90% del territorio de Judea, Samaria y Gaza (informes hablan de un 98%). Además, Barak aceptó renunciar a los barrios orientales de Jerusalén, dividiendo la ciudad.

El primer ministro israelí tenía una estrategia muy clara: exponer la cruel realidad de la postura de Yasser Arafat. Mientras que Israel ofrecía concesiones, Arafat las rechazaba sin ofrecer alternativas.
Ehud Barak deseaba una declaración formal; por parte de Arafat; en donde los palestinos se comprometiesen a dar por finalizado el conflicto y renunciar a futuras exigencias.

Yasser Arafat debía decidir entre dos opciones: ser el presidente de un estado pobre, incapaz de poder seguir culpando de todos sus males al estado hebreo (renunciando a lo que consideraba la Palestina histórica, es decir, Israel) o; como segunda opción; seguir siendo el Che Guevara árabe o el Sulimán palestino. El Presidente Bill Clinton y el príncipe Saudita no dudaron en culpar a Arafat del fracaso de las negociaciones de Camp David.

La segunda Intifada o Intifada de El-Aksa comenzó oficialmente a finales de setiembre del 2000, durante los últimos meses del gobierno de Ehud Barak en Israel. A lo largo de cuatro años y medio (hasta febrero 2005), murieron 4.944 palestinos (sin contar los 600 que fueron asesinados en las luchas internas entre la OLP y los fundamentalistas) y 1.011 israelíes.

Durante no poco tiempo, la causa citada por los medios de comunicación, la razón que "explicaba" y "justificaba" el comienzo de la Intifada era la visita de Ariel Sharón, entonces líder del principal partido de la oposición Likud (28 de setiembre del 2000), a las mezquitas musulmanas en el Monte del Templo. A pesar de que los propios palestinos admitieron que se trato de un enfrentamiento planificado, ciertos analistas siguen citando la visita de Sharón como la causa de la explosión de violencia.

La segunda Intifada puede explicarse por dos razones fundamentales: 1- La decisión de Yasser Arafat de no aceptar las propuestas de Clinton y Barak para fundar un estado palestino independiente que ponga fin "totalmente" a los reclamos palestinos. 2- La sensación, entre los palestinos, que el Hezbollah había derrotado al Tzahal en el sur del Líbano y por lo tanto, "era posible" vencer al ejército hebreo.

Muchas fuentes palestinas confirman que la violencia fue planificada por Arafat aunque no está del todo claro si también fue planificada la magnitud de la misma. Imad Faluji, Ministro de Comunicación de la Autoridad Palestina declaró: "Muchos creen que la causa de la Intifada fue la visita de Ariel Sharón a la mezquita de El-Aksa pero es un error, aunque la visita fue la gota que colmó el vaso del pueblo palestino. Esta Intifada fue planeada de antemano, desde el regreso del Presidente Arafat de las negociaciones de Camp David, donde dio vuelta la mesa ante el Presidente Clinton. [Arafat] se mantuvo firme y lo desafió [a Clinton]. Se rechazaron los términos de América y lo hizo en el corazón de los EE.UU."11. Mamduh Nofal, una autoridad de las fuerzas de seguridad del Fatah, comenzó con los preparativos para comenzar la violencia tras el fracaso de Camp David. "Él (Arafat) nos dijo ¡vamos hacia el combate!, tenemos que estar preparados". Cuando Sharón visitó las mezquitas, "Arafat nos dijo, OK, es el momento de actuar".

Al comienzo de la Intifada de El-Aksa, los líderes del Hamás se regodeaban repitiendo frases como "sabíamos que Oslo iba a fracasar", "la OLP decidió, por fin, regresar a la lucha armada". La calle palestina apoyaba las posiciones extremistas. Dentro de la OLP, se conformó el brazo armado terrorista conocido como "Tanzim", liderado por Marwan Bargutti. La vieja guardia de la OLP iba perdiendo fuerza frente a los jóvenes que habían comenzado la primer Intifada, entre ellos el propio Bargutti.

La segunda Intifada acercó al Hamás y a la OLP. En una entrevista para el diario Al Hayat, el Jefe de Seguridad Preventiva de Gaza, Mohamed Dahlan (del Fatah) declaró que: "Fatah es una organización liberal y no una extremista religiosa, pero durante la Intifada también llevó a cabo operaciones de martirio. Haciendo una evaluación en daños y beneficios, los daños superan los beneficios, y la prueba de ello es nuestra situación actual. Yo juzgo las cosas por su resultado"

Paz en el Norte

En el frente sirio y bajo mediación del Presidente de EE.UU. Bill Clinton, israelíes y sirios se reunieron en Sheperstown (enero 2000) para una conferencia maratónica destinada a solucionar el conflicto en el frente norte. Las negociaciones se estancaron el 11 de enero y las partes quedaron en volver a reunirse en breve más no lo volvieron a hacer. Las autoridades sirias e israelíes no explicaron el fracaso de las negociaciones.

Por lo visto, Ehud Barak se había comprometido a retirar los civiles y al ejército israelí hasta el límite fijado por el Mandato Británico sobre Palestina, situación que mantenía el dominio israelí sobre todo el lago Kineret (Tiberiades o Mar de la Galilea) y las aguas del Jordán, incluyendo unos 10 metros al este del lago. Siria exigía la retirada israelí hasta la línea del 4 de junio de 1967 (Guerra de los Seis Días), lo que incluía una serie de territorios conquistados por Siria a principios de la década del 50'. El Presidente sirio Jafez El-Assad exigía, además, el acceso al lago Kineret y al río Jordán. Jafez El-Assad falleció el 10 de junio del 2000 siendo reemplazado por su hijo Bashar. Las autoridades israelíes consideraban; con razón; que las posibilidades de alcanzar un acuerdo con Bashar El-Assad eran poco probables a mediano plazo ya que el joven sucesor debía asentarse en el poder por lo que sería incapaz de realizar concesiones en el frente israelí.

Ehud Barak había prometido durante su campaña electoral que al finalizar su primer año en el poder retiraría a los soldados israelíes de la Franja de Seguridad del sur del Líbano. Barak consideraba que, de llegarse a un acuerdo con Siria, también se solucionaría el problema con el Líbano ya que la influencia de Damasco en Beirut era determinante. Las negociaciones con Siria fracasaron. Sin embargo, Barak decidió apostar por una retirada unilateral del sur del Líbano suponiendo que si Hezbollah atacaba a Israel, el atacado tendría legitimidad internacional para defenderse.
Retirada Israelí del sur del Líbano
Israel declaró que la retirada se realizaría el 6 de julio del 2000. El gobierno de Israel pasaba a desentenderse de los soldados del Ejército del sur del Líbano (Tzadal), los aliados cristianos maronitas que habían combatido junto a Israel. La retirada se realizó de forma torpe y atolondrada el 24 de mayo, debido al desmantelamiento descontrolado del Tzadal, fuerza que sentía que se la abandonaba en medio de los enemigos musulmanes chiitas del Hezbollah. En el marco de las negociaciones con Siria, Ehud Barak había exigido que los soldados del Tzadal fuesen incorporados al ejército del Líbano. Al desarmarse el Tzadal, muchos soldados maronitas y sus familias optaron por buscar refugio y exiliarse dentro de Israel. Otros, optaron por quedarse para enfrentar a la dudosa justicia libanesa.

El Hezbollah y el mundo árabe interpretó la retirada israelí del sur del Líbano como una derrota del ejército hebreo y una humillación. El líder del Hezbollah Hassan Nasrallah pasó a ser considerada como una de las figuras más populares en el mundo islámico y árabe. Si Hezbollah logró expulsar a Israel por la fuerza; pensaban los palestinos; también "nosotros" podríamos lograrlo. Las imágenes de los soldados israelíes huyendo del sur del Líbano, abandonando uniformes y equipos, circuló por los medios de comunicación del mundo, no favoreciendo el poder de disuasión del ejército israelí. El efecto psicológico de la torpe retirada israelí del sur del Líbano explica, en parte, el comienzo de la Intifada de El-Aksa a los pocos meses.

lunes, 18 de julio de 2011

Acuerdos de Wye Plantation (octubre de 1998)

Según Wye Plantation, Israel traspasaría 12% de la zona C de control israelí a la zona B de control mixto y un 1% de la zona C a la A de control total palestino. Las partes acordaban aumentar el control sobre las armas ilegales que circulaban en las ciudades palestinas, aumentar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo y la liberación de presos palestinos. Las autoridades de la OLP se comprometían a anular formalmente los artículos de la Carta Nacional Palestina que exigían la lucha armada para eliminar a Israel, procedimiento que no había sido ejecutado a pesar de lo acordado en Oslo.

La implementación de los acuerdos de Wye Plantation se realizaría durante varias semanas. En cada semana, las partes demostrarían que estaban cumpliendo con lo acordado hasta el cumplimiento total, respetándose los deseos de reciprocidad que exigía Netaniahu.

Barak, Clinton y Arafat
Los acuerdos de Wye Plantation fueron aprobados por la Knesset el 11 de noviembre de 1998. Sin embargo, los días del gobierno de Netaniahu estaban contados (debido a las intensas crisis en la coalición y dentro de su partido Likud) y lo firmado en Wye Plantation fue retocado en un nuevo documento firmado en la ciudad de Sharm-Al Sheik (Egipto) aunque esta vez el gobernante del lado israelí era el siguiente primer ministro, el laborista Ehúd Barak.

El gobierno de Ehud Barak se extendió por menos de dos años. La intención del líder del Partido Laborista era lograr una paz definitiva con los palestinos, y con su líder Yasser Arafat. El gobierno de Ehud Barak intentó promover el proceso de paz un tanto estancado durante el gobierno de Netaniahu.

Netanyahu 1997: “Itnú, iekablú... lo itnú, lo iekablú” (“Nos darán, recibirán... no nos darán, no recibirán)

Binyamin Netanyahu y Yasser Arafat 1997
Binyamin Netanyahu, al asumir como primer ministro, declaró que no permitiría que Arafat continúe con su política de puerta giratoria en donde los terroristas entraban a prisión para salir pasadas unas pocas horas. Netaniahu anunció que respetaría los acuerdos firmados por su predecesor. De hecho, se firmó el Acuerdo de Hebrón (del 17 de enero de 1997) en donde se establecía una zona conocida como H1 en donde regía la misma ley que en la zona A de Cisjordania (total autonomía civil y militar de la Autoridad Palestina) y una segunda zona (H2) en donde habitaban colonos judíos y que quedarían bajo la protección militar y legal de Israel. El Acuerdo de Hebrón fue aprobado en el gobierno por una mayoría de 11 contra 7 ministros mientras que en la Knesset recibió el apoyo de 87 contra 17 diputados.

A diferencia del espíritu de aparente confianza que ambientaba las negociaciones entre la cúpula del partido Laborista y Arafat, el gobierno de Netaniahu declaró, una y otra vez, que estaba en contra de la creación de un estado palestino independiente. Además, y según palabras del propio primer ministro, las concesiones territoriales y políticas de Israel pasaban a estar supeditadas a las acciones de Arafat y no a sus declaraciones de buena voluntad. En otras palabras “Itnú, iekablú... lo itnú, lo iekablú” (“Nos darán (lo que pedimos, seguridad), recibirán... no nos darán, no recibirán), afirmaba Netaniahu.

Por un lado, se declaraba que se deseaba avanzar en el proceso de paz y hasta se firmaban ciertos acuerdos como el de Hebrón. Por otro, se continuaba construyendo en los asentamientos israelíes de Cisjordania y se tomaban ciertas decisiones gubernamentales que el lado palestino interpretaba como “unilaterales”, por serlo, o simplemente ya que se manipulaban para beneficio de los intereses políticos internos de Yasser Arafat. A pesar del encuentro entre Netaniahu y Arafat del 4 de setiembre de 1996, en la primera oportunidad se produjo un enfrentamiento armado entre los policías palestinos y el ejército israelí.

Esto sucedió el 24 de setiembre de 1996. El gobierno de Israel decidió abrir un túnel que permite ver la continuación bajo tierra del Muro de los Lamentos, construido en la época del Segundo Templo. Esta medida estaba destinada a promover el turismo y según los portavoces israelíes, se había tomado tal decisión tras consultarlo con las autoridades religiosas musulmanas. Arafat reaccionó duramente, llamando a los palestinos a manifestarse. Según Arafat, se trataba de una violación del estatus quo religioso ya que el túnel pasaba por debajo del Domo de la Roca.

Las manifestaciones palestinas dieron paso a enfrentamientos armados entre los policías palestinos que, en vez de calmar a las masas, disparaban contra los soldados israelíes. En tres días murieron 100 palestinos y 26 israelíes. Esta pequeña "Intifada" culminó con la tajante mediación de los Estados Unidos. Yasser Arafat pretendía "comunicarle" al gobierno de Israel que no aceptaría un cambio en las reglas del juego de Oslo mientras demostraba que mantenía viva la opción militar. El gobierno de Binyamín Netaniahu en cambio, mostraba que si bien respetaría los acuerdos for-males, ni el “espíritu” de Oslo ni los patrones de conducta de ceder sin exigir con contundencia lo comprometían.

Durante el gobierno de Netaniahu se vivió una relativa calma en la seguridad personal de los israelíes. Hubo un atentado terrorista grave en el mercado de Majane Iehúda en Jerusalén el 30 de julio de 1997. En este atentado fueron asesinadas 15 personas y otras 175 resultaron heridas. El gobierno israelí respondió implementando un sitio sobre las ciudades palestinas y castigando económicamente al gobierno de Arafat.

domingo, 17 de julio de 2011

Conferencia internacional para luchar contra el terrorismo, Sharm-Al Sheik

El 3 de febrero 1996 Shimón Peres anunció que las elecciones israelíes se adelantarían. El 25 de febrero de 1996, el laborista Shimón Peres comenzaba a perder las elecciones. Dos terroristas suicidas se inmolaron el 25 de febrero y el 3 de marzo en dos autobuses de la línea 18 en Jerusalén. En el primer atentado fueron asesinadas 27 personas y otras 78 resultaron heridas.

Pocas horas después, otro atentado en Ashkelón le costaba la vida a una soldada, sumando otros 34 heridos. En el segundo atentado en Jerusalén, el del 3 de marzo, fueron asesinadas 18 personas. Todas las esperanzas que sustentaban el proceso de Oslo contradecían cruelmente lo que los israelíes veían en sus televisores y lo que sentían y experimentaban en las calles.

Shimon Peres y Yasser Arafat
La positiva imagen internacional de Peres superaba con creces a la que disfrutaba dentro de Israel. Tras los atentados de marzo-abril de 1996 se citó a una conferencia internacional para luchar contra el terrorismo, una cita realizada el 13 de abril en Sharm-Al Sheik, Egipto (en donde no participó Siria). La ciudadanía israelí observaba con escepticismo la utilidad de otra conferencia. Esta vez, una que parecía bastante alejada de los problemas que sufrían los israelíes. Shimón Peres continuó reforzando la posición israelí en la arena internacional de Israel. El 1 de abril se realizaron dos exitosas visitas a Qatar y Omán. En mayo de 1996, Israel abrió representaciones comerciales en Omán y Qatar para el desarrollo de las relaciones económicas, científicas y comerciales, con énfasis en la utilización de recursos hídricos, turismo, agricultura, productos químicos y tecnología de punta. Con el renovado estallido del terrorismo palestino en septiembre del 2000, las relaciones con los estados del Golfo se enfriaron. La representación comercial de Israel en Omán se cerró.

Los atentados terroristas determinaron la victoria del líder del Likud, Binyamin Netaniahu, quien se impuso por una diferencia mínima (28.000 votos aproximadamente). Los acuerdos de Oslo se habían basado en una premisa fundamental: las partes reconocían que aún no había “madurado” el clima político para arribar a acuerdos en temas tan complicados como la naturaleza de un “estado palestino”, “límites", “refugiados palestinos” y “Jerusalén”. Siendo así, se aplicaba la formula de concretar pactos intermedios para aumentar la confianza entre las partes.

Para muchos analistas políticos, el “espíritu” que guiaba las negociaciones entre la Israel de Rabin-Peres y los palestinos de Arafat dejaban entrever que; tarde o temprano; se arribaría a la consecución de un estado palestino independiente. Una de las iniciativas para aumentar el nivel de confianza entre las partes fue desarrollar una red de cooperación entre Tzahal y las fuerzas de seguridad palestinas. Patrullajes conjuntos e intercambio de información pasaron y los israelíes aceptan un estado palestino a ser una constante en las relaciones bilaterales. Israel esperaba que Yasser Arafat encerrase a los terroristas sin necesidad de intervenir directamente. Durante los duros atentados suicidas de abril-mayo de 1996, Arafat apresó a buena parte de la dirigencia fundamentalista para demostrarle al entonces primer ministro Shimón Peres su compromiso con el proceso de paz.

Asesinato del Primer Ministro de Israel, Itzjak Rabin 1995

El 4 de noviembre de 1995, al término de una manifestación en favor del proceso de paz, un estudiante de abogacía de 26 años llamado Igal Amir asesinó al Primer Ministro de Israel, Itzjak Rabin. Los tres disparos a quemarropa de Amir fueron el clímax de un proceso de extremización política sin precedentes. Sin duda, el marco ideológico transmitido desde las cúpulas partidistas e ideológicas, especialmente desde la derecha israelí, y los veredictos realizados por ciertos rabinos otorgaron el marco de legitimación para que un magnicida decida asesinar a Itzjak Rabin.

Para investigar el asesinato de Rabin se conformó otra Comisión Estatal de Investigación (Shamgar B) que estableció que la "concepción" reinante entre las autoridades de la inteligencia israelí no había contemplado en serio la posibilidad de un atentado de un civil judío contra el primer ministro y, por lo tanto, no se habían tomado las medidas necesarias para proteger la seguridad personal de Rabin.

Por votación casi unánime, por un voto de confianza conjunto entre el Likud y el Laborismo, se decidió que el laborista Shimón Peres sería el Primer Ministro del vigésimo sexto gobierno del Estado de Israel. Peres sería también Ministro de Defensa y Ehúd Barak (ex-Jefe del Estado Mayor) sería el Ministro de Relaciones Exteriores.

Acuerdo de Oslo B

En el frente jordano se vivía un importante consenso, en el frente palestino las disputas ideológicas no mermaban su intensidad. En especial, tras la firma en Washington del Tratado Intermedio entre palestinos e israelíes sobre Cisjordania y la Franja de Gaza del 28 de setiembre de 1995. Este acuerdo, más conocido como Oslo B, tenía como objetivo ampliar la autonomía palestina en Judea y Samaria, para así evitar el roce entre el ejército israelí y los palestinos. Este acuerdo venía a reforzar la posición de Arafat estableciendo un poder ejecutivo y legislativo elegido en elecciones libres según los principios establecidos en los anteriores acuerdos de Oslo.

El gobierno israelí, liderado por Itzjak Rabin, había decidido ungir y hasta revivir políticamente a Arafat como el único representante del pueblo palestino mientras que este debía competir con los grupos que se oponían al cese del uso del terror y los acuerdos de paz. No bastaba con el dominio de Gaza y Jericó para asegurar el dominio de Arafat sobre todo el pueblo palestino, pensaban los dirigentes israelíes. El gobierno de Rabin debía reforzar a su socio. Arafat podía contar con un control legal sobre toda Cisjordania, y aunque estaba obligado hacerlo, no significaba esto que apresaría, perseguiría y desarticularía a los grupos terroristas islamistas. Quizás Arafat no contase con la fuerza para eliminar al fundamentalismo palestino. Otros analistas opinan que siempre prefirió mantener viva la opción militar. Por sobre todo, Arafat no deseaba ser visto como un simple emisario o lacayo de Israel.

Los gobiernos de Israel deberían transitar por un sendero problemático en el cual, a veces, era mejor mantener a un Arafat fuerte que desarticule a los fundamentalistas y, en otras situaciones, optaban debilitarle para que actúe por miedo a perder el poder. La única alternativa que no se barajaba por aquellos días (1995) era la de asumir el error al haber escogido a Yasser Arafat como socio para la paz.

Los acuerdos de Oslo B definen una serie de temas relacionados con las elecciones palestinas y la reubicación de las fuerzas del ejército de Israel a los largo de las ciudades palestinas en Judea y Samaria. Israel se comprometía a retirar a su ejército de los 6 centros poblacionales palestinos más importantes: Jenín, Nablus (Shjem), Tulkarem, Kalkilyah, Ramallah y Belén y otros tantos poblados más pequeños. Pasados 22 días se realizarían elecciones libres para elegir un parlamento y un Poder Ejecutivo. El 20 enero de 1996 se realizaron las elecciones en donde participaron el 68.5% de los pobladores palestinos de Cisjordania (Judea y Samaria) y el 85% de los palestinos de Gaza. En Jerusalén oriental, los palestinos votarían por correo. En esta ciudad votaron solo el 40% de los palestinos registrados. Yasser Arafat recibió el 88% de los votos y pasó a ser el Presidente del Ejecutivo de la Autonomía Nacional Palestina. Fue elegido un parlamento de 89 diputados, coronando a la OLP como gran vencedor. De las 89 bancas, la OLP logró 65.

El problema principal de estas elecciones fue la no participación del Hamás… es decir, el boicot de los grupos fundamentalistas. Ellos no tenían intención alguna de formar parte de un parlamento o de un gobierno que negociaría un acuerdo final con Israel. La cooperación entre los fundamentalistas Hamás o la Yihad Islámica y la autonomía palestina de la OLP se centraba en un nivel más civil que político. Estas autoridades continuarían en funciones hasta que se cumpliese el periodo de 5 años desde que se instauró la autonomía para Gaza y Jericó, o sea, hasta mayo de 1999.

Desde el punto de vista de los acuerdos en temas de seguridad se decidió dividir Judea y Samaria en tres zonas. La "Zona A" que incluía las 6 ciudades antes nombradas y la ciudad de Hebrón (sin los barrios judíos y el asentamiento de Kiriat Arva). En ésta zona, los palestinos tendrían autonomía en temas de seguridad, cultura y administración civil. El ejército israelí se retiraría para permitir la entrada de la policía palestina.

La "Zona B" enmarcaba a los poblados más dispersos pero que eran el 68% de la población palestina en Judea y Samaria. Aquí, la autoridad palestina disfrutarían de una autonomía en temas culturales y administrativos pero la seguridad quedaría en manos de Israel. La policía palestina ocuparía algunos edificios para cuidar el orden interno pero el control sobre las 20 actividades de los elementos terroristas quedaría en manos del ejército israelí.

La "Zona C" incluía la zona no poblada por palestinos, es decir, los asentamientos israelíes y las zonas de influencia estratégico-militar para Israel. Estas zonas quedarían bajo control militar israelí. Para cuidar el orden público se conformaría una policía palestina formada por 12.000 hombres. Este número fue ampliamente superado una vez implementado el acuerdo... llegando incluso a perderse toda proporción entre lo acordado y las armas que circulaban en las ciudades palestinas. Las fronteras quedaban bajo el control israelí y las relaciones exteriores palestinas debían remitirse a una cantidad de temas relacionados con su economía y en la articulación de la ayuda internacional para la autonomía. En este tema también la realidad desbordó ampliamente lo acordado.

Por último, la Autonomía Nacional Palestina se comprometía a anular en dos meses los artículos de la Carta Palestina que llamaban a la destrucción de Israel por la fuerza. Israel por su parte, se comprometía a liberar presos palestinos. La lista de presos sería determinada por una comisión conjunta palestino-israelí. Los acuerdos de Oslo B provocaron sendas manifestaciones de protesta que lindaban entre la violencia verbal de los líderes nacionalistas en Israel y otras muestras de violencia física entre ciertos manifestantes. Desde los Estados Unidos e Israel llegaban informes que aseguraban que rabinos ortodoxos habían sentenciado a Rabin por haber traicionado los intereses judíos más sagrados y, por lo tanto, debía imponérsele el castigo para el traidor: la muerte.

El acuerdo de Oslo B fue aprobado en la Knesset el 6 de octubre por una mayoría mínima de 61 diputados contra 59 de la oposición. Los únicos que apoyaron el acuerdo fueron los diputados del Partido Laborista, Meretz y los partidos árabes.

viernes, 15 de julio de 2011

Paz con el Reino Hashemita de Jordania

Los acuerdos de Oslo no contaban con el apoyo masivo de la opinión pública israelí. Muy por el contrario, las tratativas de Paz con el Reino Hashemita de Jordania contaron con la aprobación de casi un 100% de la población y del Parlamento de Israel.

Israel y Jordania vivían una paz de facto tras la Guerra de los Seis Días. Los encuentros entre el Rey Hussein de Jordania y las autoridades gubernamentales de Israel, aunque secretos, eran casi públicos y cotidianos. Los cambios producidos en el medio oriente tras la Guerra del Golfo y el inicio de las negociaciones con los palestinos impulsaron a las autoridades jordanas a iniciar negociaciones públicas para la firma de un tratado formal de paz con Israel.

Contando con el viento a favor, Jordania se animaba a dar el paso formal hacia una paz con Israel. El 25 de julio de 1994 se reunieron en Washington el premier israelí Itzjak Rabin y el rey Hussein de Jordania para establecer el fin del estado de guerra entre ambos países. Pasados unos días la televisión israelí transmitía las imágenes del rey Hussein sobrevolando Israel con su avión mientras dialogaba por teléfono con Rabin.

El 26 de octubre de 1994 se firmaba en el paso fronterizo de la Araba el segundo acuerdo de paz entre Israel y un país árabe, bajo los auspicios del Presidente de los Estados Unidos Bill Clinton. En este emotivo acto se acordó que la frontera del río Jordán se mantendría como límite entre los países con algunos cambios mínimos. Terrenos agrícolas israelíes que deberían quedar bajo soberanía jordana fueron intercambiados por otros terrenos y así se compensaban las diferencias. En las zonas de Naharaim y en los campos del Moshav Tzofer se establecería un acuerdo especial por el cual los terrenos seguirían siendo trabajados por los agrícolas israelíes a cambio del pago de un alquiler durante 25 años. Estos terrenos quedarían bajo soberanía jordana a pesar de que los agrícolas israelíes podían pasar continuamente.

Estados Unidos se comprometía a anular las deudas que Jordania había contraído. Israel y Jordania acordaron la división de las aguas del río Jordán y el establecimiento de las relaciones diplomáticas y turísticas entre los países. Sumado a esto, Israel concedía la administración de los lugares santos musulmanes en Jerusalén a Jordania, despertando la dura crítica de Yasser Arafat, quien también aspiraba a controlarlos.

La firma del pacto de paz con Jordania motivo una impresionante ola de israelíes ansiosos por visitar el país vecino. Un total de 106 diputados de la Knesset votaron a favor del acuerdo de paz con Jordania, 3 votaron en contra, 6 se abstuvieron y otros 6 faltaron a la histórica sesión del 26 de octubre de 1994.

jueves, 14 de julio de 2011

Acuerdos de Oslo

En la ciudad de Oslo (Noruega), se venían reuniendo secretamente una comitiva de la OLP y otra israelí liderada por la mano derecha del canciller Shimón Peres, el diputado laborista Iosi Beilin y otros diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores. A consecuencia de estas tratativas secretas, el 9 de setiembre de 1993, Itzjak Rabin recibió una carta de Yasser Arafat en la cual el líder palestino se comprometía a respetar los siguientes puntos:

1- La OLP reconocía el derecho a existir del Estado de Israel
2- Aceptaba las resoluciones 242 y 338 de la ONU
3- Se responsabilizaba a buscar una solución, por medios pacíficos, al conflicto árabe israelí
4- Abandonaría el uso de la fuerza y el terror
5- Se responsabiliza por las acciones de todos los grupos que integraban la OLP para así fomentar la colaboración
6- Aseguraba que los artículos de la Carta Palestina que bogaban por la destrucción de Israel eran vistos por Arafat como nulos y serían llevados para su anulación formal en la Asamblea Nacional Palestina.

Estas declaraciones respondían a los principios adoptados por el Partido Laborista en el marco de la fórmula "Shem-Tov-Iariv". Según dicha fórmula, la OLP pasaba a ser consideraba por el gobierno israelí como la única representante legítima del pueblo palestino. La oposición dudaba de las intenciones de Arafat. La derecha israelí argumentaba que Arafat seguía fomentando su "Plan de Pasos" para destruir a Israel tras la consecución de un estado independiente por vía diplomática. La moderación de Arafat era producto de una crisis política interna del liderazgo palestino pero no se trataba de un cambio ideológico real, afirmaban.

Otros, afirmaban que las negociaciones con la OLP provocarían injustificados renunciamientos en un territorio (Judea y Samaria) que pertenecía únicamente al pueblo judío. El gobierno oficializó su acercamiento a la OLP, anulando la ley que prohibía los encuentros con la Organización para la Liberación de Palestina. En las reuniones de Oslo se llegaron a acuerdos más profundos en lo que respecta a la solución del conflicto entre las partes. Acuerdos que serían reconocidos por el nombre de la ciudad anfitriona: "Oslo".

            

El 13 de setiembre de 1993 se firmaron, en los jardines de la Casa Blanca, los "Principios de un Acuerdo Intermedio para un Gobierno Autónomo". Según el Pacto de Oslo se establecería una autonomía en Gaza y en Jericó y se traspasarían algunos poderes a las autoridades palestinas en Judea y Samaria. Se acordó también una fórmula para realizar elecciones tendientes a legitimar a una Autoridad Nacional Palestina que negociaría los acuerdos finales con Israel. Una parte importante de lo pactado en Oslo estaba ligado a una colaboración económica entre israelíes y palestinos.

Ambas partes se comprometieron a cumplir ciertos principios fundamentales como ser el cese del uso del terror para solucionar diferencias. Durante 5 años se establecería un periodo de transición intermedio en donde pasados los tres años comenzarían los diálogos para un acuerdo final que incluirían temas cardinales como el futuro de Jerusalén, el regreso o no de los refugiados palestinos, los asentamientos judíos en los territorios y el estatus final de la autoridad palestina.

Lo pactado en las negociaciones finales entre palestinos e israelíes comenzaría a regir tras 5 años desde el comienzo de la autonomía en Gaza y Jericó. La autonomía en Gaza y Jericó se inicio el 4 de mayo de 1994, las negociaciones para un estatus final deberían comenzar en mayo de 1997 y los acuerdos finales deberían regir desde mayo de 1999. Los acontecimientos venideros demostrarían que la dirigencia establecía plazos que no contaban con la aprobación de la opinión pública. Para establecer los poderes que se le cederían a los palestinos en Judea y Samaria se firmó el Acuerdo de El Cairo (29 de agosto de 1994).

Estos poderes iban a ser más limitados de los que se habían establecido en la Autonomía de Gaza y Jericó. En Judea y Samaria, Israel renunciaba a ejercer autoridad sobre temas relacionados con educación y cultura, salud, impuestos directos, turismo y beneficencia.

En octubre de 1994 recibieron los premios Nobel de la Paz, el premier Itzjak Rabin, el Ministro de Relaciones Exteriores de Israel Shimón Peres y el Presidente de la Autonomía Nacional Palestina Yasser Arafat.

Dos días después de la firma de los acuerdos de Oslo, se reanudaron con mayor frecuencia los atentados terroristas de los grupos fundamentalistas que se oponían a los acuerdos. Desde octubre de 1993 hasta diciembre de 1993 se sucedieron una serie de 10 atentados que costaron la vida de 14 israelíes. Desde abril de 1994 hasta enero de 1995, Israel sufrió una sucesión de atentados en donde fueron asesinados más de 60 israelíes.

miércoles, 13 de julio de 2011

Conferencia de Paz Madrid 1991

En la Conferencia de Madrid se reunieron los equipos diplomáticos de los países árabes, representados por los Ministros de Relaciones Exteriores, y la comitiva israelí representada por el premier Itzjak Shamir. Se acordó reunir una conferencia de paz con la participación de Egipto, Líbano, Siria, una comisión conjunta de jordanos y palestinos bajo la mediación de los Estados Unidos y Rusia. Las negociaciones serían bilaterales y directas. Los jordanos y los palestinos se presentarían como una comitiva conjunta aunque en el momento de negociar se reunirían en dos cuartos contiguos.

La reunión en Madrid no concluyó en acuerdos concretos aunque fue el puntapié inicial para un proceso de paz en el medio oriente. Dos meses después del primer encuentro en Madrid, las comisiones bilaterales se volvieron a reunir en Washington. Allí se logró cierto avance en las negociaciones entre Israel y el Líbano. Se decidió que Israel se retiraría de la franja de seguridad una vez que se acuerde el ente que se haría responsable de dividir las fuerzas militares. Este adelanto valía muy poco sin contar con el consentimiento de Siria, el patrón del Líbano.

En las elecciones israelíes de 1992 se impuso el Partido Laborista liderado por Itzjak Rabin. El cambio de rumbo que impondría Rabin en la política internacional israelí se notó inmediatamente. En la primera reunión del gobierno; del 19 de julio de 1992; se decidió congelar parcialmente la construcción de los asentamientos judíos en Judea, Samaria y Gaza. El gobierno decidió modificar el orden de preferencias para los distintos poblados del país. Los “asentamientos” pasarían a un segundo plano, invirtiéndose más en las ciudades en desarrollo dentro de la línea verde.

Iztjak Rabin anunció en setiembre de 1992 que su gobierno estaría dispuesto a negociar con Siria el futuro de las alturas del Golán. Miles de manifestantes disgustados se reunieron en el aeropuerto Ben-Gurión, minutos antes de la partida de Rabin a los Estados Unidos, en lo que sería su primera visita oficial como Primer Ministro en su segunda cadencia. Sin duda, otros vientos políticos soplaban desde Jerusalén. En reuniones secretas, se producían transformaciones históricas. La dirigencia de la OLP había salido de la Guerra del Golfo muy debilitada. Los países ricos del medio oriente; en especial Arabia Saudita; se mostraban molestos por el apoyo de Yasser Arafat a Saddam Hussein.

De esta forma, los castigos económicos no tardaron en llegar. Nuevamente se demostraba que Yasser Arafat no perdía oportunidad para perder oportunidades.

La Guerra del Golfo Persico 1991

En agosto de 1990, el Presidente de Irak Saddam Hussein, conquisto Kuwait iniciando un serio conflicto en la región. Saddam Hussein afirmaba que Kuwait le pertenecía históricamente a Irak y que en 1961, las potencias occidentales habían creado un país artificial para controlar el petróleo local. Detrás de estos argumentos nacionalistas, existía la imperiosa necesidad de hacerse con las riquezas de Kuwait para así paliar su dañada economía tras la guerra contra Irán (1980-1988).   Saddam Hussein se encontraba en una situación de aislamiento en el medio oriente. Irán continuaba enemistada con Irak luego de la sangrienta guerra entre ambos países. Arabia Saudita poseía petróleo y era uno de los pilares de la estabilidad en el medio oriente. Este país había sido declarada enemiga de Irak al alinearse abiertamente con los Estados Unidos y desde que se negó a facilitar la rehabilitación de Irak subiendo el precio del petróleo saudita.

Siria estaba interesada en acercarse a occidente tras la caída del bloque soviético mientras que Jordania intentaba mantener una posición neutral. Se había conformado una coalición contra Irak, liderada por los Estados Unidos y que contaba con el apoyo de Arabia Saudita, Egipto, Siria, Líbano o indirectamente, Irán. Estados Unidos tenía intereses económicos en la zona pero, por sobre todo, al ser la única "gran potencia" tras la caída del bloque soviética, debía servir de policía o sheriff para el mantenimiento de la estabilidad mundial o el estatus quo.

Para romper esta coalición, Saddam Hussein condicionó su salida de Kuwait a la retirada de Israel de Judea, Samaria y la Franja de Gaza. Irak amenazaba con atacar a Israel con misiles químicos para demostrarle al mundo que su guerra era una batalla a favor de la liberación de sus hermanos palestinos. Yasser Arafat y la OLP felicitaron las intenciones de Saddam Hussein situándose abiertamente a favor del dictador de Bagdad. Esta situación enfrentaría a Arafat con Arabia Saudita, principal donante de las acciones proselitistas que la OLP realizaba en los territorios en disputa.

En Israel, el gobierno de Shamir decidió mantenerse neutral tomando medidas preventivas como la distribución de máscaras de gas para toda la población. Los Estados Unidos presionaban a Israel para mantenerla fuera de toda acción bélica. A cambio, prometía compensaciones económicas, el envío de aviones de combate y en especial, el préstamo de baterías antimisiles "Patriot". Estas baterías habían sido diseñadas para explotar cohetes balísticos en el aire. Al cabo de unas semanas, los israelíes descubrieron que el Patriot (modelo 1991) servía para muy poco.

El 15 de enero de 1991 culminó el ultimátum para la retirada iraquí de Kuwait. El 17 de enero se inició el ataque de los Estados Unidos y sus aliados. Esa misma noche comenzaría el ataque iraquí para provocar una respuesta israelí, y de esta forma, intentar romper la coalición árabenorteamericana con la entrada de Israel a la contienda.

Durante la Guerra del Golfo cayeron en Israel un total de 39 misiles "Scud" que provocaron daños materiales por valor de varios millones de dólares. Saddam Hussein no cargó estos misiles con cabezas químicas, situación que hubiese determinado la entrada segura de Israel a la guerra. Desde el punto de vista humano, un ciudadano israelí murió y otras tres personas fallecieron de ataques al corazón durante el ataque.

Los palestinos subían a los techos de sus casas para festejar y loar a Saddam Hussein, viendo pasar los misiles que se dirigían hacia las ciudades centrales de Israel. En setiembre del 2001, los mismos palestinos festejarían y repartirían dulces pocos minutos después del ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas. Al culminar la Guerra del Golfo, con el relativo éxito de los aliados, se había conformado una coalición "de facto" que situaba en un mismo bloque a Israel, el Líbano, Siria y Jordania.

Siendo así, Estados Unidos presionó a las partes para iniciar un proceso de paz que solucionase los problemas en la zona. La conferencia de Paz de Madrid se reunió el 30 de octubre de 1991.

9 de diciembre de 1987 -La primera Intifada-

El 9 de diciembre de 1987 comenzó la Intifada o en castellano, "el despertar". La gota de escape que encendió las manifestaciones palestinas masivas fue un accidente de autos en el cual murieron cuatro refugiados palestinos del campamento de Shebalia, en la Franja de Gaza. En pocas horas, comenzó a circular el rumor que estos palestinos habían sido asesinados adrede.
Una multitud de niños y jóvenes salieron a las calles para arrojar piedras contra los soldados israelíes. El gobierno, tanto el Primer Ministro Itzjak Shamir como su Ministro de Defensa Itzjak Rabin, culparon a la OLP de provocar estos hechos a pesar de que esta organización (exiliada en Túnez) también fue sorprendida por este "despertar".

Los medios de comunicación internacionales mostraban a jóvenes palestinos lanzando piedras frente a soldados israelíes “fuertemente pertrechados”. Se trataba de una situación nueva para el soldado de Tzahal. En el mes de diciembre de 1987 se habían contabilizado 21 muertos palestinos y otros 179 heridos. En el lado israelí, 41 soldados y dos civiles habían sido heridos. La Intifada se fue apagando a lo largo de los dos años siguientes. Durante este despertar… se conformó oficialmente el movimiento terrorista islámico Hamás, una alternativa religiosa a la dirigencia exiliada (Túnez) de la OLP que se venía asentando en el terreno desde los años 50'-60'.

En setiembre de 1975, Estados Unidos se comprometió a no negociar con la OLP si no se producía un reconocimiento de Israel y si Arafat continuaba con sus acciones terroristas. Estados Unidos aceptaba la formula "Shem-Tov-Iariv" aunque el gobierno de Israel no la había adoptado como suya, oficialmente. En 1988 el Maaraj adopta la formula como parte oficial de su plataforma política.

En 1988 Yasser Arafat; líder de la OLP; realizó una serie de declaraciones en las cuales se
podía llegar a entender que estaba aceptando la existencia del Estado de Israel. Estados Unidos entendió que Arafat se estaba moderando enviando un embajador a Túnez para verificar las verdaderas intenciones del líder de la OLP. Los discursos de Arafat convivían con múltiples declaraciones de apoyo a la Intifada y a la lucha armada.

La Intifada concientizó a la sociedad israelí sobre los costos morales y tangibles del dominio
israelí sobre el pueblo palestino. Comenzó a registrarse un proceso de extremización ideológica en la sociedad hebrea. En un extremo estaban los que se mostraban dispuestos a tomar la ley en sus manos para combatir al terrorismo palestino o para asegurar el dominio israelí sobre lo territorios históricos de Judea, Samaria y la Franja de Gaza. Por otro lado, se encontraban los extremistas de izquierda que estaban dispuestos a ir a prisión, negándose a cumplir con sus obligaciones militares con tal de no hacer el servicio en los territorios en disputa.